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‘Una parte de aquel catalanismo que perseguía la regeneración moral y material de España vive instalado desde hace tiempo en una deriva independentista que mezcla lo sentimental y lo político con una actitud victimista de permanente agravio frente a “Madrid”, inextricable mejunje que provoca la irritación de aquellos españoles que siguen añorando la uniformidad y piensan que “el nacionalismo nunca tiene bastante”’
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Jesús Cacho, periodista, en un artículo publicado en El Confidencial el 4 de julio de 2010.
‘[…] España es hoy un país moderno en lo económico, con una amplísima base de clases medias que no existían hace tan solo 50 años, mientras que en lo político es uno de los más descentralizados del viejo continente. La constatación de ambas realidades podría hacer pensar a un observador recién llegado que las aspiraciones más queridas del catalanismo –riqueza y reconocimiento del hecho diferencial sobre la base de un territorio y una lengua propias- se han alcanzado ya, de modo que Cataluña y España tendrían que vivir ya instaladas en la normalidad de un postnacionalismo en el que los partidos catalanes tendrían que ser de derechas, de izquierdas o mediopensionistas a palo seco, como en todas partes. Nada más lejos de la realidad. Una parte de aquel catalanismo que perseguía la regeneración moral y material de España vive instalado desde hace tiempo en una deriva independentista que mezcla lo sentimental y lo político con una actitud victimista de permanente agravio frente a “Madrid”, inextricable mejunje que provoca la irritación de aquellos españoles que siguen añorando la uniformidad y piensan que “el nacionalismo nunca tiene bastante”. Es un nacionalismo que ha puesto en el frontispicio de su quehacer político el “¡Adeu, Espanya!” con que termina la oda maragalliana: “¿Dónde estás España, dónde que no te veo? ¿No oyes mi voz atronadora? ¿No comprendes esta lengua que entre peligros te habla? ¿A tus hijos no sabes ya entender? ¡Adiós, España!”.
Agotado el modelo autonómico y cuando millones de ciudadanos podían pensar que el catalanismo había alcanzado la mayor parte, si no todos, de sus objetivos fundacionales, la clase política nacionalista intentó, tras la llegada de ese pirómano de nombre Rodríguez Zapatero al que los españoles pusieron a partir de 2004 al cuidado del polvorín, ir más allá con un nuevo Estatut que venía a suponer la validación de derechos e instituciones propios de un Estat Catalá al mejor estilo Francesc Maciá: lengua preferente en el orden administrativo, reconocimiento de Cataluña como nación, poder judicial propio, Consell de Garanties Estatutaries cual Tribunal Constitucional catalán, centralismo autonómico frente a autonomía financiera municipal, etc. Ello mediante un texto profundamente antiliberal convertido en remedo de Constitución al estilo de las viejas dictaduras comunistas, que interfiere en ámbitos de derechos y libertades individuales irrenunciables en cualquier democracia occidental. Apenas un 6% de los catalanes se mostró interesado en el nuevo texto cuando se estaba discutiendo en el Parlament, según reveló una encuesta, y solo el 36,18% del censo electoral lo avaló en el referéndum de junio de 2006. Porque esta es una de las señas de identidad de este nacionalismo: su progresiva ruptura de amarras con la base social a la dice representar.
El nacionalismo ha gestionado mal
En la base de ese desapego se encuentra la pérdida de prestigio de una elite política que, al margen de su verborrea irredentista, ha fracasado a la hora de hacer posible una vida mejor para el ciudadano de a pie, ha sido incapaz de ofrecer esa calidad de vida democrática que supuestamente le negaba Madrid. El nacionalismo no ha sabido gestionar. La Generalitat se ha dotado de una estructura organizativa elefantiásica que devora recursos sin medida y que se ha demostrado ineficaz para resolver cualquier imprevisto de gravedad, como se vio en el apagón de marzo de este año. Si a ello se le añade un gasto sanitario desbocado, tendremos dibujado el panorama de un endeudamiento autonómico imposible de asumir con sus propios recursos. La banca no considera hoy solvente a la Generalitat, como acaba de demostrar el intento fallido de La Caixa de sindicar un crédito de 1.000 millones que le había encargado el tripartito. Toda la banca extranjera se negó a participar. “Aquí nadie se atreve a decirle a Pujol que hemos hecho muchas cosas mal”, asegura un prominente barcelonés, “y que no podemos sostener el coste de tres Administraciones a cual más grande y más ineficiente. Esto no se aguanta, y alguna culpa tendremos los catalanes en lo ocurrido”. Cataluña ya no es la región más rica de España, como lo fue durante el siglo XX. El nacionalismo ha gestionado mal, y de eso no cabe echarle la culpa a Madrid’.
I el deficit fiscal? Bien gracias, no?
Miri sr, fa 8 anys que a Catalunya no mana el nacionalisme: Deien que el problema era del Pujol pero ni havent-hi PSC i PSOE als respectius governs, Espanya no cedeix en els minims justos per a Catlaunya:
Ho ha afmes Felipe Gonzalez, Solbes i Aznar.
No cola.
El catalanismo político lleva más de 150 años intentando regenerar Espanya, és normal que uno tire de una vez por todas la toalla.
Dir que el 2004 el catalanisme havia aconseguit tots els seus objectius es,o un acudit,desconèixer el tema o una burla.
Es extrany que cap dels articles “antiliberals” o “comunistes” hagi estat derogat,només els que protegien el català,l,autogovern o la descentralització del poder judicial.
Parlar de malbaratament autonòmic seria ridícul,si no fos directament fals,amb un dèficit fiscal del 10% del PIB català.
Si no s,enduguessin 20.000 milions l,any no hauriem de demanar crèdits a ningú,al contrari,en podriem fer.
I un comentari,molts que vam votar no era per que no estavem d,acord amb la retallada,i molts dels que no van votar era pel mateix motiu.
Posats a fer enqüestes per que no pregunten si estem d,acord amb que s,ens emportin 20.000 milions d,euros l,any?.
Perdona bon rotllo… ¿Dices que el nacionalismo no manda desde 2004? Jejeje querrás decir que desde el 2004 no manda el nacionalismo “moderado” por llamarlo de alguna manera. Vosotros los independentistas sois los que estáis trayendo la ruina y el déficit a Catalunya, eso lo sabemos todos los que no somos como vosotros claro…
Y de los 20.000 millones de deficit fiscal al año que ?? No dicen que no nos quieren a los catalanes??,pero la pasta si .Que mangantes que estan hechos,estamos endeudados hasta las cejas por culpa de tanta ayuda a el resto de España y encima mal vistos .Como decia mi abuelita ,encima de puta poner la cama
A mi la uniformidad me trae sin cuidado. Lo que me molesta es el misticismo y el catalanismo lo es en su raíz.