Cataluña
Joan Ferran: “El PSC es un partido muy amplio, muy ambiguo en muchos temas”
El ex portavoz adjunto del PSC en el Parlamento autonómico no cree que el partido tenga distintas ‘almas’: “Creo que más que bloques hay personalidades y a veces personalismos. El PSC se ha definido siempre socialista y catalanista, lo que hay son diferentes apreciaciones de la relación que se debe tener con Madrid, con los compañeros del PSOE, la oportunidad o no de determinadas políticas”.

'El cuatrienio de los bárbaros. Diario subjetivo de una legislatura', nuevo libro del ex portavoz adjunto del PSC, Joan Ferran.
El comentario despectivo de una diputada autonómica de CiU, en 2006, da pie a Joan Ferran (PSC) para escribir un dietario de los cuatro años del segundo tripartito. El libro, editado por una pequeña editorial en manos de destacados dirigentes del PP de Cataluña, no es más que la excusa para hablar con el que fuera número uno del PSC en Barcelona. Ferran es, por su naturalidad y forma de hablar sin tapujos, un político fuera de lo habitual.
Convergència, que no Unió
El diputado autonómico (hasta la pasada legislatura fue el portavoz adjunto del PSC en el Parlamento autonómico) le dedica su libro a ocho compañeros parlamentarios, tres de su grupo, dos de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), y uno de ERC, PP e ICV-EUiA. No hay ninguno de Convergència Demcràtica de Catalunya (CDC) -tampoco de Ciudadanos-, algo que, si bien puede sorprender al lector, para Ferran no es más que una “casualidad” y algo lógico pues ha “intimado menos con ellos”.
Sin embargo, Ferran sí tiene un concepto claro de lo que representa una parte “importante” de CDC: “Hay un sector que tuvo su momento paradigmático con la señora Ferrusola [la esposa de Jordi Pujol], que dijo en su día [2003] que es como si les hubiera entrado el ladrón en casa, porque les habían desalojado de donde habían estado toda la vida [Palacio de la Generalidad]”.
Y es que el dirigente socialista, animal político, que no da puntada sin hilo en su blog, sabe que frente al nacionalismo de CDC solo puede haber un PSC que hable con claridad: “Algunos sectores de CDC se han sentido propietarios de la lengua, del país, de las instituciones… Y ahora [2010] creen que han recuperado algo suyo, este sentido patrimonial del poder y del gobierno es algo muy malo para Cataluña”.
‘La Vanguardia’, Barbeta y el nacionalismo
En esa línea, cuando a Ferran se le pregunta por una respuesta rápida tras citarle tres palabras: La Vanguardia, Jordi Barbeta y Convergència, solo es capaz de sonreír, respirar profundamente y responder: “La Vanguardia, es público y notorio que últimamente ha apostado por una opción muy clara criticando al tripartito y apoyando a Josep Antoni Duran i Lleida y a Artur Mas. Y Barbeta [jefe de Política del diario del grupo Godó] es uno de los articulistas más incisivos en este sentido“.
Nada nuevo, es verdad, la relación entre CiU y el grupo Godó, pero no es habitual que los políticos muestren su posición crítica con un medio de comunicación tan claramente: “Hay que decirlo, no es un misterio, lo que pasa es que cada vez que decimos algo de un medio de comunicación, de este tipo, se toma como una ingerencia… pero es una evidencia“.
En su libro, Ferran apunta que hay un cierto silencio, o miedo, a decir algunas cosas en público que supongan una crítica a ciertos tótems del nacionalismo. ¿Por qué hemos llegado a este punto? El dirigente del PSC se muestra muy claro:
“Porque hay un star system que vive de exaltar una determinada concepción del país y les molesta que les digan que hay una Cataluña real y una Cataluña oficial. Por ejemplo, la publicación de este libro ha conseguido que algunos hicieran una valoración simplemente de lo que dice en sí y otros que me agredan llamándome Míster Crosta, o cosas de este tipo, porque consideran que soy un españolista conspicuo. Y, precisamente, mi crítica es una crítica a todos los nacionalismos, sea el catalán o el swahili. A mí me gusta la defensa de los derechos humanos, de las personas, los derechos de la ciudadanía pero no la contraposición de una identidad a otra. Un nacionalismo que se afirma frente a otro me parece negativo. Yo prefiero explicar cómo soy sin necesidad de tener que contraponerme a otro”.
¿Qué quiere ser de mayor el PSC?

Ferran defiende que en el PSC no hay diversas 'almas' y sí ciertos personalismos.
En la conversación con Ferran no podía faltar el asunto, ya un debate bizantino, de lo que quiere ser de mayor el PSC. El diputado autonómico, en su libro, cita a Julio Villacorta, el único que fue capaz de decir en público y en las reuniones de la ejecutiva socialista -cuando militaba en el PSC- que no se consideraba catalanista. Villacorta tuvo que salir del partido.
Ferran no tiene dudas: “El PSC es un partido muy amplio, muy ambiguo en muchos temas, esto permite que haya gente con sensibilidades y matices y acentos muy distintos”. Pero niega la mayor, no existen distintas almas en el partido, una nacionalista y otra españolista: “Creo que más que bloques hay personalidades y a veces personalismos. Los que pretenden que en el PSC haya dos almas… se equivocan. El PSC se ha definido siempre socialista y catalanista, lo que hay son diferentes apreciaciones de la relación que se debe tener con Madrid, con los compañeros del PSOE, la oportunidad o no de determinadas políticas”. No muy lejos de lo que manifestara para LA VOZ DE BARCELONA Josep Maria Triginer.
Ese es uno de los problemas del PSC. Si se define como catalanista, qué le diferencia de otros partidos que también se definen como tal, por ejemplo, CiU o, incluso en ocasiones, ERC:
“Sí, es un término confuso, precisamente por eso, puede ser aceptable por una franja tan grande de formaciones políticas. Creo que es un sentimiento cívico de amor a una cultura, una lengua, una tradición, incluso a una voluntad de autogobierno. Y esto es transversal. Un señor del PP puede ser catalanista porque ama su lengua como cualquier persona de otra cultura ama su lengua. Defenderla y todo esto, para mí, es catalanismo. Otra cosa es que haya quien a esto le dé tintes de corte estatista como los independentistas, que consideran que quieren un estado propio. Yo me considero tan defensor de mi lengua y mi cultura, sin necesidad de estado, como otra persona que quiere un estado propio”.
Estos matices no llegan a la población. Además, el PSC está desorientado tras una debacle electoral como la del pasado 28 de noviembre. Ferran lo admite, algo resignado, desde luego: “Al construir un gobierno tripartito favorecimos mucho el buen entendimiento con los socios [ERC e ICV-EUiA] y pusimos mucho en la mesa para que saliera bien la gestión y hubiera estabilidad, pero abandonamos lo que eran nuestras señas de identidad más específicas”.
Señala que esto “desorienta al electorado”. Y le lanza una puya a sus ex socios: “Creo que nuestros socios no lo hicieron tanto pero nosotros sí, por responsabilidad. El resultado es que algunos de los nuestros perdieron cuál era nuestro olor”. Pero se muestra esperanzado: “Ahora es un momento para recuperar”.
La intelectualidad de izquierdas
Ferran solo se queda sin responder una de las preguntas. No es capaz de elaborar una teoría que explique por qué no se ha renovado -en su libro se reproduce un mail de un catedrático de universidad mostrando su indignación-, en torno al PSC, lo que se conoce como intelectuales. El diputado autonómico se queda pensativo: “No sé qué responder. Quizá hay algo de culpa por parte del PSC al no haber cuidado convenientemente a un sector de gente. Pero sí hay intelectualidad, lo que pasa es que mucha gente no está dispuesta, en estos momentos de crisis, a poner la pluma al servicio de un discurso de este tipo”.
Pero, ¿la renovación? Esta no es cuestión de dos o tres años. No tiene que ver con la crisis. Responde Ferran: “El mail considera que hay un sector de gente que ha estado arropada por el poder y, en el momento en el que ve que ese poder se puede difuminar, abandona y se resitúa, es el caso de Mascarell“.
Memoria histórica
La conversación coincide en el tiempo con la retirada de la última estatua del franquismo que quedaba en Barcelona. La pregunta es casi una obligación, pues en el libro Ferran muestra la contradicción que le supone (¡a él, que militó en la CNT y estuvo en la cárcel en la etapa final del franquismo!) la retirada, hace unos años, del último monumento dedicado a José Antonio Primo de Rivera en Barcelona. “A veces exageramos en estos temas. Es evidente que a mí un monumento a José Antonio no me gusta en absoluto pero en el instante en que le quitan la placa y le ponen otra cosa, ese trozo de piedra es otra cosa. Le damos un tratamiento excesivo al tema”, señala, preguntado por ello.
Además, el diputado autonómico considera que la sociedad debería “superar algunos de estos tics extremadamente simbólicos”. Un ejemplo. “Hemos colocado cuatro columnas brutales delante del Palacio Nacional de Cataluña que afean al Palacio y que pueden afear las fuentes. Es verdad que las tiró Primo de Rivera pero ¿era neceario recuperarlas? Es una pregunta que me hago”, añade Ferran, que vuelve al tema de los tótems: “Siempre te da miedo plantear esto porque tienes el apuro de que te digan que te estás negando a que se vean las cuatro barras. Oiga, no, no me estoy negando, estoy diciendo que no las voy a poner en cualquier lugar“.
Durante la conversación, no quiso desvelar qué ocurrió en el congreso del PSC de 1996, previo a la espantá de Pasqual Maragall a Roma, aunque advierte de que lo hará en el futuro. Tampoco si apoyará a Jordi Hereu o a Montserrat Tura en las primarias del PSC de Barcelona. Sin embargo, los elogios al que fuera su secretario de Organización en la federación de la ciudad son bastante elocuentes como para no hacer falta decir qué nombre llevará su sobre el próximo 19 de febrero.
Este hombre dice las cosas claras.No entiendo por que no lo hacen otros de su partido en el mismo sentido.Deberia postularse como alternativa a otros sectores y encabezar una tendencia.
andreu gomez: Ese hombre solo dice las cosas que piensa cuando se le escapan. En una entrevista formal como es el caso, solo larga mentiras. Cuando ha dado innumerables muestras de un inequívoco españolismo en multitud de ocasiones, no se a que viene ahora el negarlo. Quizás soy inocente, pero se tendría que poder ser político sin ser un embustero, digo yo.
La cataluña oficial el españolismo, que no está contrapuesto a lo catalan, ni tiene por que renegar de él, porque cataluña y su forma de ser es parte de españa, está mal visto y es políticamente incorrecto. La cataluña real es distinta, pero condicionada por la cataluña oficial. Y es que parece que te obligan a sentir que tienes que pedir perdón por sentirte español o que tu lengua materna no sea el catalán y que no lo hables habitualmente.
La mayoría de políticos catalanes viven de la mentira vulnerando las leyes a sabiendas
Quien no se considere nacionalista catalan,no debe votar nunca al PSC.
Nada nuevo, es verdad, la relación entre PSC y el El Periódico de Cat, pero no es habitual que los políticos muestren su posición crítica con un medio de comunicación tan claramente: Hay que decirlo, no es un misterio, lo que pasa es que cada vez que decimos algo de un medio de comunicación, de este tipo, se toma como una ingerencia… pero es una evidencia.
Este señor habla y escribe para analfabetos.
el PSC esta convirtiendose en CIU.
intenta esconder lo que realmente quiere, porque si lo soltara, perderia su electorado. O lo que es lo mismo, vive de engañar.
lo que hizo CIU durante tantos años… ahora empieza a salir del armario
El PSOE imita e incluso supera al nacionalismo en aquellas comunidades en las que existen partidos nacionalistas. Negar eso es negar que la Tierra es redonda.
Da igual, aunque sean no nacionalistas, los sociatas son chusma parasitaria, como toda la izquierda en general. A acoger a los inmigrantes en vuestra propia casa, hipócritas.
Qué ambiguo ni ambiguo. Se es socialista o no se es. Y resulta incompatible ser nacionalista y socialista.
Ahora bien, si lo que se pretende es mantener activa una máquina de permanecer en el poder el máximo posible, entonces sí, ambiguo; según cómo estén el patio y los sondeos, donde dije digo, digo Diego, y no lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Pillando por en medio a cuantos votantes sea menester, que ésos ya están en el cazo y hay que ir a por más.